Seguimos con la ronda de notas: Esperanza Spalding por Telam


En su quinta placa, la alumna del notable Ron Carter deja de lado el jazz tradicional con el que vino a Argentina en 2008 para mezclar ritmos negros, como el soul, el funk y el gospel, con su clásico bajo y un trío que la acompaña con firmeza y sobriedad.

Pero el sonido final del álbum, ese que uno siente como si lo estuviera viendo en vivo, lo puso el productor Tony Visconty, alguien que basó su carrera más en el glam electrónico y oscuro de David Bowie y que, además, produjo al influyente Morrissey.

"Es un disco más rockero. Honestamente, he escuchado Primus durante mucho tiempo y es algo que debe estar, aunque esto no es muy consciente", dijo Spalding a Télam desde Portland, su ciudad natal, en referencia a los lazos que une a la primera canción de su disco, "Good Lava", con el grupo de Les Claypool.

Con Spalding uno puedo hablar sobre música, literatura, danza y arte en general.

Su cultura no se cierra en las fronteras estadounidenses sino que su límite de conocimiento es el mundo entero: lee a Julio Cortázar y escucha a Liliana Herrero, Acá Seca Trío y a Luis Alberto Spinetta.
"En Argentina tengo amigos y siempre es lindo pasar por Buenos Aires para reencontrarlos. Aquel show fue en un hermoso teatro y con una audiencia muy linda", sostuvo quien grabó parte de la banda de sonido de la biopic de la leyenda Miles Davis, cuya selección musical dirigió Robert Glasper.

- En el título del disco hacés un juego de palabras con "evolución" y "devolution".
- La evolución es el proceso de transformación, tanto para un humano como para un animal y el medio ambiente; es un cambio en muchos aspectos. La "devolution" es la degeneración, lo cual también es un cambio. Yo creo tanto en la evolución como en la "devolution", en la retroalimentación entre ambos. Toda transformación requiere tanto de la evolución como de la "devolution" para suceder. Esto es tanto para lo musical, lo espiritual o en lo físico.

- A diferencia de los anteriores, donde hay un jazz más clásico, en tu último álbum incluís funk, soul, gospel y hasta suena más rockero.
- Sí, totalmente y lo que puedo decir al respecto es que la música es experiencia y que nosotros componemos en base a lo que escuchamos. Así que las características de los diferentes estilos musicales ya están dentro de mi cultura y son parte de los sonidos que me rodearon durante toda la vida.

- ¿Por qué trabajar con Tony Visconti, que tiene un sonido diferente al tuyo?
- Conocía la estética del sonido que él usaba. Amo el sonido de mi nuevo disco porque suena muy natural, como si estuviera en tu cara. Y eso es el trabajo que yo notaba en los discos producidos por Tony y fue el motivo por el cual lo llamé. Yo tenía cosas ya grabadas, pero cuando Tony se sumó, decidimos regrabar todo con él.

- También citas siempre a William Blake ¿En qué te inspira tanto él como otros escritores?
- William Blake me conmueve y creo que tiene una gran compasión y conexión con los seres humanos. Es un escritor con mucha percepción y expansión en su literatura. Los escritores, en general, me inspiran para hablar, pensar y escribir de forma correcta y para encontrar la forma de ser más valiente, honesta y de tener más esperanza.

- En ese sentido, ¿tenés fe en la política para cambiar las cosas?
- Tengo fe en la gente, pero no es una fe ciega. No espero que un extraño, sea presidente o no, haga algo por mí. Espero poder trabajar en conjunto con la gente y en eso sí tengo fe. En la transformación, en la compasión y en el trabajo en conjunto. Yo también tengo que trabajar en ese sentido y ser responsable.

- ¿Es difícil la elección para presidente en Estados Unidos?
- No se trata de quién será el presidente de Estados Unidos, sino de qué harán con el planeta, de cómo asumirán las responsabilidades los ciudadanos. Hoy ya no somos ciudadanos de un país, sino que todos somos ciudadanos del mundo porque nuestras acciones tienen impacto global. Es muy difícil sentir conexión con gente de otras latitudes que nunca vimos, pero ese es el esfuerzo que hay que hacer.

- Empezaste en la música tocando de oído y luego entraste a la academia ¿Cuán importante es la formación formal para un músico?
- Cuando empecé a tocar lo hacía de oído, pero eso fue hace mucho, así que leo música desde muy chica. Tanto para un escritor como para una bailarina o en la música, la academia puede ser una herramienta, pero no puede ser lo único. Muchas veces veo a estudiantes que no saben cómo expresar lo que quieren hacer, y para eso está la academia. Definitivamente es una ayuda y facilita las cosas, pero no es algo exclusivo para ser artista.