Esperanza con La Vanguardia (España)

Compartimos una excelente entrevista que el diario español realizó a la cantante, con un titulo bastante acertado del mensaje que profesa Esperanza, el cuál es: " Hay que entender que todo está bien, incluso el dolor"

A continuación, transcribimos la entrevista:

Nació en un barrio pobre y peligroso.
Era la única vida que conocía y me parecía normal.
¿Mucha violencia?
Recuerdo cómo se llevaron en ambulancia a la madre de mi amiga, su marido le había dado una paliza, y también que una bala perdida mató al hijo de unos vecinos. Pero los niños están llenos de esperanza y risas pese a su entorno.
No todos.
Cuando empecé a viajar vi que había lugares peores que mi barrio en los que los niños no tenían ninguna posibilidad. En Estados Unidos hay escuela pública y ayudas para ir a la universidad, pero has de trabajar duro.
Hija de madre soltera.
De ella aprendí a ser poderosa e independiente, y eso tiene su lado bueno y su lado malo. Estamos en este mundo para ayudarnos y vivir en comunidad; esa tendencia a resolverlo todo yo sola no es inteligente y a veces me impide estar disponible para otros.
¿Ya ha aprendido a aceptar los regalos de la vida?
Para mi madre todo era muy difícil, el barrio era tan peligroso que desconfiaba de la gente y avanzaba sin contar con nadie. Yo no quiero ver el mundo así, aunque gracias a ella sé que no importa lo que piensen los demás de uno.
Usted tampoco eligió un camino fácil.
Yo he descubierto que se puede trabajar con los demás sin renunciar a nuestro poder personal.
¿Cuándo la atrapó la música?
A los cinco años vi al violonchelista Yo-Yo Ma en un capítulo de una serie infantil y supe que quería hacer eso.
Su madre la apuntó a unas clases gratuitas de violín.
A mí me apasionaba aprender y estudiaba mucho, pero siempre suspendía y me ponía muy triste. Sin embargo, en música, sin trabajar demasiado, me decían que era buena. Componía sin saber leer música y tocaba en una orquesta siguiendo a los otros músicos. Toqué de oído durante años sin que nadie se diera cuenta.
Su pasión, en este caso, sí que fue recom-­pen­sada.
Por eso continué. Cuando mis profesores se dieron cuenta de que no practicaba ni sabía leer partituras, supieron que tenía talento y me facilitaron el camino con ayudas y becas. Después me enamoré del jazz y supe que si quería tocar esa música de gramática compleja debía estudiar y practicar muchísimo, y no he parado.
Toca el piano, la guitarra, el violín y el contrabajo. ¿El instrumento la escogió a usted?
Para mí el contrabajo, que descubrí a los 15 años, es una necesidad, no es una elección. Lo necesito para equilibrarme porque mi mente es un torbellino, vive en el aire, y tengo mucha energía. El contrabajo es mi fuerza de gravedad. Y espero alcanzar lo mismo en la vida, ja, ja.
El éxito no la ha desbordado.
La pasión por el jazz, por componer, tocar e investigar ha sido para mí un tremendo regalo porque nunca tengo que preguntarme qué voy a hacer hoy, no tengo mucho espacio para comerme el coco.
Interesante punto de vista.
Yo siempre practico lo que no sé hacer, y como eso es incómodo para el cerebro no te das cuenta y ha pasado una, dos horas; es una sensación muy profunda porque no estás en tu ego, estás fuera de él, ¡toda una liberación!
¿Por qué hay tantos músicos que se pierden: drogas, problemas sentimentales…?
Están haciendo algo nuevo, se sienten inseguros y solos y necesitan huir de esa realidad.
Obama la llamó para que lo acompañara a Oslo a recoger el Nobel de la Paz.
Sí, pero mi éxito es de minorías, me permite hacer lo que quiero hacer y me da dinero para mis experimentos, pero no me abruma.
¿Se planteó si Obama merecía ese premio?
Entendí que era un reconocimiento a los intentos de superación de nuestros problemas racistas, pero ahí fuera había miles de personas protestando contra la guerra de Iraq, Guantánamo..., con toda la razón, y me sentí extraña.
Estudia y trabaja desde los 16 años.
Sí, por necesidad, pero creo que los límites, la necesidad, las fechas de entrega... son nuestros mejores amigos.
A usted la necesidad la llevó a cantar.
A los 16 años trabajaba realizando encuestas y supe de una banda que buscaba un bajista. Al llamar para la audición, me preguntaron si también cantaba y les dije que por supuesto, pero no lo había hecho en mi vida, salvo en la ducha. La necesidad es amiga de la creación.
Nacemos necesitados.
Sí, todos somos supervivientes.
Dicen que su jazz es diferente, ¿tiene que ver con la feminidad?
En el mundo del jazz, lo de las chicas sorprende, pero la música es mi lenguaje, no mi identidad. Mi música no es más que lo que veo, pienso y siento. Los artistas somos requeteegoístas , siempre estamos ahí, en lo que siento.
¿Qué es lo fundamental?
Entender que todo está bien. Incluso si tengo dolor, todo está bien, incluso lo peor está bien.
Es usted tan fuerte como su madre.
No hay otra opción, seguir y seguir. Somos animales que comemos lo que hay y excretamos lo que tenemos. Sobrevivimos en nuestro medio ambiente y debemos tener confianza en la naturaleza, como un animal tiene confianza total en su bosque. Todo está bien.